carne estofada

Carne estofada tradicional

Esta vez le ha tocado a un clásico, la Carne estofada tradicional. Hay muchas maneras de preparar una carne estofada tradicional pero si no habéis probado esta os recomendamos que lo hagáis. Algo tan simple y tan apetitoso debería estar en tus menús habituales. Es un plato que se hace sólo, muy fácil de hacer y muy socorrido, se puede hacer el día anterior o el mismo día, sea como sea esta para mojar pan. Esta comida es muy tradicional de las festejos gallegos, se suele utilizar de segundo plato en las comidas de las fiestas patronales, al ser muy socorrida y permitir un recalentado y conseguir el mismo sabor casi que recién cocinada. Claro está que este plato no sería lo mismo sin la carne de nuestra Rubia Gallega, raza autóctona de ternera gallega, una preciosidad de animal muy bien adaptado a nuestro tipo de pasto que otorga un gran sabor a su carne. Esta animal nos ofrece una carne jugosa y llena de sabor para elaborar nuestra carne estofada tradicional. En todas nuestras carnicerías gallegas nuestros carniceros nos surten con este tipo de carne, por eso deberíamos de intentar comprar siempre en nuestras carnicerías en vez de en las grandes superficies. Nuestro carnicero siempre nos puede ayudar a elegir la mejor parte del animal para realizar la receta que tengamos en mente, otro motivo por el que siempre deberíamos acudir a nuestra carnicería de barrio. Recordad que por normal general el carnicero quiere cuidar de su cliente ya que vive de él, y en las grandes superficies el cliente le da igual solo quiere venderle sea lo que sea y como sea. No lo dudéis mas, probad esta receta de carne estofada tradicional con carne recién comprada en la carnicería de vuestro barrio y veréis como os sorprende muy gratamente, #buenprovecho

Ingredientes

Cebolla
1.5
Chalota
2
Puerro
1
Zanahoria
2
Pimiento Rojo
1 Trozo
Pimiento Verde
1 Trozo
Carne de Cerdo
1.3 Kilogramos
Carne de Ternera
700 Gramos
Brandy
1 Chorrito
Vino Blanco
1 Chorrito
Laurel
2 Hoja
Champiñones
2 Lata precocidos
Aceite de Oliva Virgen Extra
Sal
Pimienta

Cocinado: 120 min
Preparación: 10 min
Raciones: 6
1 5,0

Preparación

Se pica toda la verdura, no hace falta que los trozos sean muy pequeños ya que al estofar ella sola desaparece casi de todo. Pochar la verdura en una sartén con un chorro de aceite de oliva a fuego medio-alto, a los tres minutos salpimentar y añadirle un chorro de vino blanco. Tan pronto como esté pochada añadir a una cazuela, en la misma sartén de pochar la verdura echamos otro chorrito de aceite y la ponemos a fuego alto. En cuanto la sartén esté bien caliente, añadimos la carne y las hojas de laurel. Remover la carne cada 1-2 minutos para intentar que todos los lados estén en contacto con la sartén para sellar la carne, importantísimo no salpimentar ya que esto extrae los jugos de la carne y quedará seca. Una vez bien sellada añadimos la carne y el laurel a la cazuela donde tenemos la verdura, retiramos la sartén y colocamos esta cazuela al fuego. Salpimentamos la carne y añadimos un chorro de brandy y nos cortéis, ser un pelin generosos. Dejar evaporar el alcohol del brandy a fuego fuerte durante 1/2 minutos y añadir si tenéis caldo de carne o de verduras, sino agua, que no llegue a cubrir la carne. Cocinar a fuego medio-bajo, vigilando cada media hora que no se quede sin agua y removiendo, durante unas 2 horas aproximadamente. Si llegados a este punto tiene mucho liquido, subir el fuego y destapar la cazuela para que evapore el agua y espese la salsa. Si la salsa tiene demasiados tropezones para vuestro gusto solo tendréis que separar la carne para un plato o bandeja y pasar la salsa por una batidora. Volver a juntar la carne y la salsa en la cazuela. Dejar cocinar durante 2 minutos más para recuperar el color de la salsa que perdió en la batidora. Añadir los champiñones escurridos, darle un meneo a la cazuela para que se mezclen con la carne y la salsa. Apagar la cocina y dejar reposar unos minutos para que los champiñones absorban la salsa gracias al calor residual que sera suficiente para que se acaben de cocinar.

El vino blanco debe ser de una calidad por lo menos media, no uséis cualquier vino gastarse unos euros más ya que una botella os da para bastantes comidas y ganaremos en sabor. Además tenemos comprobado que el vino de baja calidad en las comidas genera pesadez de estómago, acidez, malas digestiones, probadlo y notareis la diferencia.